Hay dos tipos de tragar: el voluntario y reflejo. Un patólogo del habla y explica Beatriz Vidigal que ambos trabajan en la noche con menos intensidad que durante el día, lo que crea una mayor acumulación de saliva. Además, los músculos alrededor de la boca es más relajado y, dependiendo de la posición en la que dormir, y comúnmente ocurre en la compresión de la mejilla. Todo esto puede causar babeo. "Otro factor agravante en este aspecto la respiración y la boca, que se puede corregir mediante el tratamiento de ENT", complementa profesional.
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